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El café. Los caficultores. La Federación. Repaso de afán.

En sus años dorados, la Federación de Cafeteros organizó el negocio. Tomó monopolio de la exportación de café, vio crecer su fortuna gracias a la retención cafetera (dineros públicos), mejoró los sembrados y el beneficio del grano entre cientos de miles de campesinos y terratenientes, hizo carreteras terciarias y acueductos veredales. La calidad de vida del sector fue la mejor en el sector agropecuario colombiano.
Pero la Federación derrochó mucho dinero. Sus gerentes vivieron como reyezuelos, sus ejecutivos amasaron pequeñas fortunas, y sobre todo, los dirigentes entre los años 60 y 2000 aprovecharon la ‘oportunidad’ para hacer y consolidar negocios personales o de familia aquí y sobre todo en el exterior.
Además, la Federación fue mala negociante. Era dueña de la Flota Mercante Grancolombiana, que quebró estrepitosamente porque no fue capaz de adaptarse a las exigencias del mercado en su momento. Y fue dueña de Aces, la aerolínea más exitosa del país entonces. Pero también quebró. Extrañamente su presidente visionario vio una oportunidad fundiéndose con Avianca -que estaba a punto de quebrar una vez más- y unos meses después desaparece Aces y Avianca queda consolidada. La platica se esfumó. Esas fortunas, la Flota y Aces, eran de los cafeteros. Quién les ha rendido cuentas?
Para acabar de ajustar, la Federación viene equivocándose en sus políticas sobre la siembra y el mercado del café desde muchos años atrás. Por ejemplo, en una época le dio porque los productores acabaran con parte de sus cultivos y sembraran cítricos porque iba a montar una planta para producir y exportar jugos. Muchos cayeron en esa trampa. Nunca hubo planta. Y en otra oportunidad, cuando creían que había exceso de producción en Colombia, promovieron la siembra de cacao. Pero los procesadores del cacao del país en ese entonces no les compraron la pepa. Miles de pequeños productores quebraron en ambas oportunidades. Y la Federación, callada.
Finalmente, poco se ha preocupado Fedecafé por la calidad del producto final para que pudiera competir en un mercado mundial cada vez más exigente. Aquí nos quedamos hasta hace poco cultivando caturro como la gran opción y está demostrado que no es gran cosa.
Hoy, los productores pequeños y medianos están amarrados por una cadena de créditos que no alcanzan a pagarse y terminan trabajando para los bancos. O entregándoles sus tierras. Seguimos cultivando café con químicos dañinos y contaminando las aguas con los residuos. Ahora no producimos suficiente café y los exportadores prefieren entonces enviarlo todo al exterior e importar cafés de menor calidad para el consumo interno. Y como los precios han bajado y el dólar está mermado, lo que les llega a la mayoría de productores no les permite sobreaguar. Solo las empresas dedicadas al cultivo del café, en tierras de gran extensión, logran resultados. Los demás van llegando a la inanición.
Entonces?

Acerca de caruri

Director editorial de OjoXojO. Periodista y docente.

Una respuesta a “El café. Los caficultores. La Federación. Repaso de afán.

  1. Es otro doloroso ejemplo de cómo las empresas exitosas terminan gracias a ese enemigo público número 1 que es la corrupción. Cárdenas Gutiérrez estuvo 33 años como cabeza de la Federación y entregó las ruinas. Quienes conocimos la época dorada de la Flota Mercante Grancolombiana pensábamos que era indestructible. Como pasó con el Titanic?

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